Salidas de pata de banco

abril 27, 2025

Estamos acostumbrados a las salidas de pata de banco de miembros del gobierno bahorrina español. Desde el jefe de la satrapía hasta la alegría de Pilar, pasando por Chiqui Montero o el Orangután Puente: todos nos tienen habituados a estas miserias intelectuales. Pero ¿qué significa exactamente una pata de banco y cuál es su origen?

Definición y uso actual

La expresión pata de banco es una locución coloquial muy utilizada en España para referirse a algo absurdo, un disparate o un despropósito. Se emplea para calificar acciones, razonamientos o declaraciones que carecen de lógica o sentido. Por ejemplo, cuando alguien dice Esa excusa fue una pata de banco, está señalando que la excusa es un absurdo o una tontería. También existen variantes como salir con una pata de banco, que significa decir algo incongruente, o la expresión vaya dos patas para un banco, utilizada para criticar a dos personas por su incompetencia o torpeza.

Pata de banco. Origen y paradoja semántica

El origen de esta expresión es curioso y algo paradójico, ya que, textualmente, los bancos (los muebles) sí tienen patas, por lo que la expresión no se basa en una imposibilidad física. Más bien, se trata de un juego lingüístico cuyo origen exacto no está del todo claro. Una hipótesis sugiere que podría aludir a una pata defectuosa o mal colocada que convierte al banco en un objeto inútil, lo que sería una metáfora de razonamientos torcidos o sin sentido. Otra posibilidad es que tenga alguna relación con expresiones como salida de pata de gallo, aunque la Real Academia Española no establece un vínculo entre ambas. También se baraja que la expresión tenga raíces en jergas locales de Castilla y León, donde está más documentada y extendida.

Registro y distribución geográfica

En cuanto a su ámbito de uso, es una expresión principalmente española. Su uso actual se mantiene en contextos informales. En Hispanoamérica no es una expresión común ni reconocida, lo que indica que su uso es bastante localizado dentro de España.

Pata de banco. Análisis lingüístico

Desde el punto de vista lingüístico, la expresión está formada por el sustantivo pata —que puede referirse al pie de un mueble o usarse de forma coloquial para designar una pierna— y el sustantivo banco, que en este caso es el asiento. Sin embargo, la expresión funciona como una unidad léxica con un significado propio y no literal. En cuanto a sinónimos, puede equipararse a términos como disparate, desatino o salida de tono. El tono que transmite es irónico o despectivo, dependiendo del contexto en que se utilice.

Ejemplos contextuales

Para entender mejor cómo se usa, podemos pensar en situaciones cotidianas o críticas políticas. Por ejemplo, en política se podría decir: Decir que la subida del alquiler es una oportunidad fue una salida de pata de banco de la ministra Isabel Rodríguez, para señalar que esa afirmación carece de sentido o es absurda. En la vida diaria, alguien podría exclamar: ¿Me cobran 5 euros por un café? ¡Vaya pata de banco! o criticar argumentos diciendo: sus razonamientos son patas de banco: no tienen ni pies ni cabeza. Estas expresiones muestran cómo se usa para calificar algo que se percibe como ilógico o ridículo.

Salida de pata de banco. Perspectiva histórica y sociolingüística

Históricamente, la expresión está documentada en el Tesoro de los diccionarios históricos de la Real Academia Española, aunque no se encuentran referencias anteriores al siglo XX. A pesar de ser una expresión minoritaria, sigue vigente en la prensa y en las redes sociales, donde se utiliza para criticar incongruencias o disparates. En comparación con otras expresiones coloquiales que también señalan necedades, como hablar por boca de ganso o decir gilipolleces, pata de banco destaca por su metáfora específica y un tanto enigmática.

Curiosidades

Entre las curiosidades que rodean a esta expresión, destaca la variante creativa dos patas para un banco, que se usa para burlarse de parejas o equipos que se consideran incompetentes o poco capaces. Además, es interesante señalar que, históricamente, los bancos —desde la época romana hasta el siglo XIX— siempre han tenido patas, lo que refuerza el carácter no literal y metafórico de la expresión. Esto subraya cómo el lenguaje coloquial puede crear imágenes críticas y humorísticas a partir de conceptos aparentemente contradictorios.

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