Estamos ante una de las figuras más destacadas del Siglo de Oro español. Reconocido principalmente por su monumental diccionario Tesoro de la lengua castellana o española, Covarrubias representó el espíritu humanista y enciclopédico propio del Renacimiento tardío.
En este artículo analizamos su semblanza, la diversidad de sus actividades intelectuales y las razones por las cuales se le considera un auténtico polímata.
Sebastián de Covarrubias y Horozco nació en Toledo en 1539 en el seno de una familia marcada por la cultura, la religión y el mestizaje intelectual de su tiempo. Su padre, Sebastián de Horozco, fue jurisconsulto, poeta, dramaturgo y paremiólogo, mientras que la familia materna le regaló una herencia de teólogos, artistas y arquitectos, como el célebre Alonso de Covarrubias. En este ambiente de efervescencia cultural, Covarrubias se educó en Salamanca, amparado por su tío canónigo y decidió seguir la vida eclesiástica, siendo canónigo de la Catedral de Cuenca, capellán del Rey Felipe II y consultor del Santo Oficio durante décadas.
Su actividad
Es universalmente conocido por su Tesoro de la lengua castellana o española (1611), el primer diccionario monolingüe del español: una obra monumental que no solo define palabras, sino que profundiza en sus etimologías, refranes, usos literarios y raíces culturales. Este diccionario, además de ser fuente para filólogos y escritores, incorpora saberes de literatura, proverbios, tradiciones populares y antropología lingüística, rompiendo con la mera catalogación lexicográfica y adentrándose en los campos de la historia, la literatura y la filosofía.
Sin embargo, su inquietud intelectual fue más allá. Publicó los Emblemas morales (1610), una obra en la tradición emblemática humanista que une literatura, moral y simbolismo en una compleja red de referencias culturales. Escribió también tratados de criptografía (hoy perdidos), tradujo a Horacio y se interesó por la emblemática, la moral y los símbolos. Su ambicioso proyecto de un suplemento al Tesoro —aunque no vio la luz en vida— muestra su pasión inagotable por ampliar las fronteras del saber
Covarrubias ¿Por qué polímata?
Covarrubias encarna el perfil de polímata del Renacimiento por varias razones:
- Dominio de disciplinas. Fue lexicógrafo, moralista, escritor, criptógrafo, traductor y estudioso de refranes y símbolos.
- Enfoque enciclopédico. Su Tesoro trasciende la lexicografía para reunir saberes de literatura, filosofía, historia, antropología, simbología y folclore, reflejando una curiosidad universal.
- Aportación humanista. Su obra y mentalidad se vinculan al humanismo renacentista; en sus libros conviven el rigor filológico y la mirada amplia sobre la cultura.
- Reflejo de su tiempo. Insertó su pensamiento en la corriente de grandes pensadores del Siglo de Oro, en diálogo directo con otras figuras como Cervantes, Lope de Vega y Quevedo.
Así, Sebastián de Covarrubias fue un verdadero polímata: un hombre de saberes diversos, cuya obsesión fue cartografiar el conocimiento y preservar para la posteridad la riqueza de la lengua, la cultura y el pensamiento de su tiempo.