Poema de Mariano Brull
Texto íntegro del poema Verde halago, de Mariano Brull
Por el verde, verde
verdería de verde mar
Rr con Rr.
Viernes, vírgula, virgen
enano verde
verdularia cantárida
Rr con Rr.
Verdor y verdín
verdumbre y verdura
verde, doble verde
de col y lechuga.
Rr con Rr
en mi verde limón
pájara verde.
Por el verde, verde
verdehalago húmedo
extiéndome. —Extiéndete.
Vengo de Mundodolido
y en Verdehalago me estoy.
Sobre Verde halago
Este poema es, en efecto, un perfecto ejemplo de lo que es una jitanjáfora, una forma de poesía que Brull creó y ayudó a popularizar. La jitanjáfora se caracteriza por el uso de palabras que no tienen un significado en sí mismas, pero que son elegidas por su sonido. En Verde halago, Brull juega con los sonidos de las palabras, ya que con ellas evoca imágenes y emociones. El poema está lleno de repeticiones y variaciones en la palabra verde, creando un ritmo y una musicalidad que dirigen ciertamente al lector a través del poema.
El poema parece describir un estado de ser, un lugar o un sentimiento llamado Verdehalago. El hablante del poema dice que viene de Mundodolido y también que ahora está en Verdehalago. Estos podrían ser lugares metafóricos que representan así diferentes estados emocionales o espirituales.
Sobre Mariano Brull
Mariano Brull (1891-1956) fue un destacado poeta cubano, conocido por su asociación con el movimiento simbolista francés y por su innovadora técnica de la jitanjáfora. Nacido en Camagüey (Cuba), Brull pasó gran parte de su vida en Europa y diversos países americanos por su condición de diplomático. Su obra poética se caracteriza por el uso del verso libre y la importancia del sonido sobre el significado. Aunque su producción poética fue relativamente limitada, su influencia en la poesía hispanoamericana es indiscutible.
Sus principales obras son: La casa del silencio (1916), Poemas en menguante (1928), Canto redondo (1934), Solo de rosa (1941), Temps en peine/Time in Sorrow (1950) y Rien que…/Nothing More Than… (1954), aunque no podemos olvidarnos de Leyenda, donde apareció la primera jitanjáfora.
Mariano Brull falleció en La Habana, el 8 de junio de 1956, a los 65 años de edad.