Pocas expresiones resultan tan tajantes y desconcertantes como la que ahora presentamos en Dichos y refranes. Verdes las han segado no explica ni argumenta: se lanza como una negativa rotunda, con tono irónico o burlón, para rechazar lo improbable, lo inoportuno o lo absurdo.
Su eficacia está en la imagen: una siega prematura, inútil, que basta para cerrar la conversación.
Verdes las han segado. Negativa con sabor rural
En su uso actual, verdes las han segado equivale a decir ni hablar, lo llevas claro o no cuela. Se emplea cuando alguien propone algo que parece improbable, inoportuno o directamente absurdo. El tono suele ser jocoso, pero también puede tener carga de incredulidad o desdén.
Ejemplo: —¿Me dejas salir hasta las cuatro? —Verdes las han segado.
La frase funciona como cortina verbal: no explica, no argumenta, simplemente cierra la puerta con una imagen que, por absurda, resulta eficaz.
Origen agrario y sentido figurado
El dicho proviene del mundo rural castellano. En la siega tradicional, cortar el cereal antes de que madure —cuando aún está verde— es contraproducente: se estropea la cosecha, se pierde el grano, se malogra el esfuerzo. Por eso, segar verde es una acción inútil, precipitada, incluso torpe.
La expresión, entonces, se construye sobre una imposibilidad práctica: nadie en su sano juicio siega verdes. De ahí que, en el plano figurado, se use para señalar que lo que se propone no tiene sentido, no está maduro, no es viable.
Verdes las han segado ¿Un eco cortesano?
Existe una leyenda —no confirmada históricamente— que vincula la frase con el conde-duque de Olivares. Se dice que, ante la petición del príncipe Carlos de Inglaterra (futuro Carlos I) de conocer a la infanta María Ana de Austria, Olivares respondió: Alteza, verdes las han segado. La frase habría servido para rechazar la propuesta matrimonial por considerarla prematura o inconveniente.
Sin embargo, esta anécdota presenta inconsistencias cronológicas: Carlos era aún príncipe de Gales, y el conde-duque servía a Felipe IV, no a Felipe III, padre de la infanta. Por tanto, la historia debe considerarse apócrifa, aunque revela cómo los dichos populares pueden ser absorbidos por la leyenda cortesana.
Persistencia y plasticidad
Lo notable de verdes las han segado es su capacidad de adaptación. Aunque su origen es agrario, su uso se ha extendido a contextos urbanos, familiares, escolares, incluso políticos. Su eficacia reside en la imagen: una acción absurda que, por imposible, sirve para negar sin necesidad de explicar.
No es un dicho amable, pero tampoco agresivo. Tiene la ironía del que sabe que no hace falta discutir. Basta con evocar una siega imposible para que el otro entienda que no hay trato.