Exordio
¿Quién recuerda a Pirri? No hace mucho, hablando con un grupo bastante numeroso de gente mayor, se referían a que los futbolistas de ahora ya no son como los de antes (hombres deportistas sanos) porque los actuales se preocupan más de su imagen física (tatuajes, peinados,…) que de la propiamente deportiva. Y claro, salieron a relucir jugadores como Lapetra, Violeta, Marcelino, Zoco, el citado Pirri y algunos más.
Y a lo que iba: se organizó una buena discusión, que si no que si sí, que las victorias pírricas se llaman así porque en una final de la Copa de Europa Pirri metió el gol del cojo y gracias a eso ganó el Madrid… Mientras otro decía que pírrica fue la Recopa que ganó el Real Zaragoza, la del gol de Nayim, porque fue en el último instante de la prórroga, sabe usted…
Victoria pírrica. Origen y significado
Pues nadie tenía razón porque la expresión victoria pírrica se fundamenta en las hazañas de Pirro de Epiro, concretamente, en las batallas que Pirro libró contra los romanos en el siglo III a.C., particularmente la batalla de Ásculo en el año 279 a.C.
Tras esta batalla, aunque Pirro resultó victorioso, su ejército sufrió pérdidas devastadoras. Se le atribuye haber dicho: «Con otra victoria como esta estoy perdido» o «Otra victoria como ésta y volveré solo a casa«. Estas declaraciones son la esencia de lo que ahora conocemos como una victoria pírrica.
Significado
Una victoria pírrica, como define el diccionario oficial, se refiere a un triunfo que:
- Se obtiene con más daño para el vencedor que para el vencido.
- Se consigue con mucho esfuerzo o por un margen muy pequeño.
- Tiene poco valor o es insuficiente en relación al esfuerzo invertido.
Esencialmente es, pues, una victoria que resulta tan costosa para el ganador que casi equivale a una derrota. El término se ha expandido más allá de su contexto militar original y ahora se aplica en diversos campos como los negocios, la política y el deporte.
Victoria pírrica. Usos actuales
Hoy, la expresión victoria pírrica se utiliza para describir situaciones donde el costo de alcanzar un objetivo es tan alto que, prácticamente, anula cualquier beneficio real de haberlo logrado. Es importante notar que el uso correcto de la expresión no se limita a victorias obtenidas por un margen estrecho, sino que se enfoca en el alto costo o las consecuencias negativas de la victoria.
En resumen, una victoria pírrica, como muy bien sabe Sánchez el jefe del albañal, nos recuerda que no todas las victorias son iguales y que, a veces, el precio del éxito puede ser demasiado alto. Aunque a este individuo le da igual porque él nunca paga. Pero pagará, claro.