Presentamos a continuación nuestra colección de refranes (paremiario para los mexicanos) mensual: Ecos de diciembre. Al ser refranes españoles, nos atenemos a la climatología propia, así que seguimos en otoño hasta el 21 de diciembre a las 10:21 (hora oficial peninsular española) pero la sensación es invernal. Y, claro, hay evocaciones al Adviento y a la Navidad.
Para el mes de diciembre hemos seleccionado estos refranes:
- A diciembre le sigue enero con su frío sincero.
- Alzando en adviento, se alza y se abona a un tiempo.
- Amanecer y anochecer, en diciembre son casi a la vez.
- Diciembre es un viejo que arruga el pellejo.
- Diciembre helado trae enero dorado.
- Diciembre, días de amargura, apenas amanece y ya es noche oscura.
- Diciembre trae consigo la nieve, fuego ardiente y un festín navideño.
- Diciembre tiritando, buen enero y mejor año.
- En diciembre, días de frío y noches de abrigo.
- En diciembre, la tierra se duerme.
- En diciembre, no hay valiente que no tiemble.
- En diciembre, se hielan las cañas y se asan las castañas.
- Hasta Navidad, ni hambre, ni frío pasarás.
- Ni en agosto caminar, ni en diciembre navegar.
- Por diciembre el trueno, anuncia año bueno.
- Por Todos los Santos, el trigo sembrado, y todos los frutos en casa encerrados.
- Si diciembre no es frío, enero será un lío.
- Cuando en diciembre veas nevar, ensancha el granero y el pajar.
- En diciembre la noche es más larga que el día.
- Por diciembre la lluvia es buena para el trigo y la aceituna.
De Ecos de diciembre, comentamos:
Diciembre es un viejo que arruga el pellejo
Al representar a diciembre como un anciano, el refrán evoca imágenes de sabiduría acumulada, pero también de fragilidad y cercanía al final de un ciclo. La mención del pellejo arrugado no solo alude al frío que reseca la piel durante este mes, sino que también simboliza las marcas que el tiempo deja. Así, el año ha vivido todas sus experiencias y se encuentra en su etapa final, cargado de historia pero también mostrando signos de desgaste. La sabiduría popular española, transforma una observación estacional en una reflexión existencial sobre la transitoriedad de la vida y los ciclos naturales.
Además, la imagen del viejo arrugado en diciembre contrasta con la renovación que traerá el año nuevo, sugiriendo un ciclo continuo de finalización y renacimiento.
El refrán también puede interpretarse como una invitación a la introspección y la reflexión al final del año. Así como el anciano mira hacia atrás en su vida, diciembre nos invita a hacer un balance del año que termina.
Dentro de la tradición refranera española, Diciembre es un viejo que arruga el pellejo destaca por su riqueza simbólica, su capacidad para reflexionar sobre el tiempo y la vida y su habilidad para conectar los ciclos naturales con la experiencia humana. Es un ejemplo de cómo los refranes contienen significaciones que van más allá de su aparente simplicidad.