El fraudillo

julio 5, 2025

Nuestra idea era dejar este artículo para más adelante, cuando ya hubiera concluido definitivamente su historial delictivo. Sin embargo, dada la actualidad, en la que en cualquier momento puede ir a hacerle compañía al ministro’ de Milagro y a otros que, como esperamos, no tardarán mucho en cambiar de domicilio, hemos decidido abordarlo ya. Además, si no nos damos prisa, también podría convertir a España en un país colonizado por su albañal, su venalidad, su bahorrina y su protervia.

También queremos hacer constar que, aunque le llamemos el número 1, no sabemos si el sujeto del que hablamos realmente lo es o si, en realidad, es un lacayo de Zapatero, de la tal Delcy Rodríguez o del intelectual Maduro.

El fraudillo. Sus méritos

No solo nació en un año bisiesto (1972) —ya conocen el refrán: Año bisiesto, año siniestro—, sino que, además, lo hizo precisamente el 29 de febrero, de forma recalcitrante y contumaz, forjando carácter.

A partir de ahí, en plena dictadura malévola (nótese el sarcasmo) el individuo este decidió que quería pasar a la historia para emular a ese ser benéfico que, sin duda, salvó a España del comunismo y, por tanto, de la miseria (y no solo económica). En el Ramiro de Maeztu, el instituto hipoprogre de nombre fascista donde estudió (por su historial posterior más creo que se limitaría a copiar en los exámenes) intentó llegar a ser una figura del baloncesto, aunque con pésimos resultados.

Pero ¿desfalleció por eso el fraudillo? Nada más lejos. Observó a una joven de aspecto un tanto controvertido que trabajaba en un ambiente, más que sórdido, de prostitución homosexual. Se fijó bien en ella y pensó: Esta pa mí, porque su forma de vida era ideal para sus planes de futuro. Y así fue como comenzó a festejar con la que años después fue conocida como Begoño, que se dedicó a hacer negocios privados con medios públicos, aunque esta vez no solo con homosexuales, ya le daba a todo bicho viviente, siempre que hubiese dinero, claro.

¿Y ahora qué? Nos metemos al PSOE, que, además de delincuentes, son todos medio idiotas. Y a partir de allí, el probado plagio de su tesis doctoral y las corrupatías dentro del PSOE (y menos mal que no sabemos las de fuera), la historia de la mendacidad, de la traición y de la fullería es de sobra conocida.

Sus calificativos

Para este elemento no fallará jamás si utiliza cualquiera de estos insultos. Eso sí, unos son en sentido literal y otros en el imaginativo:

Entre ababol y avefría, De baboso a burricalvo, Entre cabestro y cazurro, De cebollinos a cotillas, Entre crápulas y espantapájaros, Entre facinerosos y huevones, De idiotas y matacandiles, Meapilas y ñoños, De onagros a pazguatos, De pechador a pezolaga, De picaflores a quitahípos, Entre rabasón y sanselo, De sedicentes a tunantes, De vacaburras a zurumbáticos, Zurriburri, Zorrocloco, Zarandajo, Voceras, Vivián, Tronera, Trapazotas

Si le parecen pocos, no se preocupe usted, fraudillo, que estamos en plena ampliación.

¡Con todos estos insultos, que en realidad, son axiomas, pasará usted a la historia, Sánchez Pérez-Castejón!

 

NOTA. La perfecta combinación de la lectura de esta entrada es Corrupción socialista. junto a todos los artículos de Oclócratas.

 

 

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