En el reino de la mediocridad, el genio es peligroso. Robert G. Ingersoll.
Exordio
Como muy bien saben nuestros lectores habituales de esta sección de Citas, con el título que ponemos a cada entrada intentamos que, de un vistazo, se sepa cuál es el objeto de cada una. Así, El método científico, Placer y beneficio, Indirectas y verdades o Un derecho y un deber son solo algunos ejemplos.
En el caso de hoy, el título ha venido solo, como un autómata, aunque también podríamos haber puesto alguno más duro (no para ellos, los mediocres del poder, sino por nosotros, por los que les tenemos que sufrir. O no).
Sobre Mediocres en el poder
Esta cita refleja una crítica a la forma en que las sociedades tienden a rechazar o temer a aquellos que sobresalen por su creatividad o inteligencia, ya que el genio puede desafiar las normas establecidas y cuestionar el statu quo. En un entorno donde la mediocridad predomina, las ideas innovadoras y los talentos excepcionales suelen ser vistos como una amenaza, generando resistencia y rechazo, como todas las novedades con contenido.
Ingersoll, un destacado orador y defensor del libre pensamiento en el siglo XIX, conocido por su aguda crítica a la religión organizada y su defensa de la razón, utilizó esta frase para resaltar cómo las personas mediocres pueden sentirse amenazadas por aquellos que poseen un pensamiento original o una visión diferente, lo que puede llevar a la represión de ideas valiosas y al conformismo social. Como se hace en la práctica, claro.
Sobre el autor
Robert G. Ingersoll nació en 1833 en New York y se convirtió en uno de los oradores más influyentes de su tiempo, abogando por el escepticismo religioso y promoviendo los derechos humanos. A lo largo de su vida, Ingersoll dio numerosas conferencias y escribió ensayos que desafiaban las creencias tradicionales, convirtiéndose en una figura emblemática del movimiento del libre pensamiento en Estados Unidos.
En hablarydecir no vamos a señalar (y mucho menos a bendecir) las circunstancias, sobre todo familiares, que convirtieron a Ingersoll en el apóstol del agnosticismo, en el Gran Agnóstico. Y no lo hacemos porque creemos que, en este caso, es irrelevante y porque la cita que nos ocupa no está dedicada, en absoluto, a la relación del ser humano con la religión. Es mucho más amplia y solo habla de mediocres y de genios.
Mediocres en el poder. Corolario
¿El grueso de la población nacional española se dará cuenta alguna vez de que la inmensa mayoría de nuestros actuales gobernantes tienen una característica en común? ¿Sabremos que esa es la mediocridad moral e intelectual? ¿Queremos ser gobernados por gente así, sin escrúpulos? Ya sabemos que quien vota a delincuentes miserables, pasa a ser cómplice de todo el arsenal delictivo de los electos…
Pero, claro, es que si no vienen los fascistas… Y no, eso ya no cuela, tampoco.
NOTA: La ilustración que nos acompaña es de TOM y pertenece a Sintetia