¿Alguien se ha planteado por qué empleamos vocablos ajenos en detrimento de sus equivalentes españoles? Una de las causas -se decía- era meramente económica: la economía de sílabas o de palabras. La otra, la globalidad o el globalismo.
Nos centraremos en la primera, no sin antes decir que, en aras de esa internacionalización omnipresente, bien podía rescatarse mundialmente al esperanto o al volapük. O bien, erradicar todas las lenguas y que solo se hablase inglés.
Sin embargo, curiosamente, estamos utilizando expresiones metafóricas que no cumplen ninguna de esas dos causas. Vamos a analizarlo.
Desde el minuto uno
Cuando en un partido de fútbol, por ejemplo, se marca un gol a los veinte segundos del inicio, se dice, exactamente, eso: el gol fue a los veinte segundos, no en el minuto cero ni en el uno. Es cierto que alguien con mayor precisión lingüística podría decir en el primer minuto, lo que sería plausible.
Sin embargo, desde que se inició esta moda, se identifica el comienzo de algo con el minuto uno. Paradójicamente.
Esta expresión desde el minuto uno es una frase comúnmente utilizada en español para enfatizar que algo ha estado ocurriendo desde el principio de algo. Es una metáfora pero ¿qué aporta? Economía silábica, no, desde luego. Mejora de la comprensibilidad, tampoco.
Sigamos con un par de ejemplos: si un equipo ha estado dominando un partido desde el minuto uno, significa que han estado controlando el juego desde el momento en que comenzó. En ámbitos generales, si alguien ha estado trabajando en un proyecto desde el minuto uno, significa que ha estado involucrado desde el inicio del proyecto.
Crítica
La frase es comúnmente entendida y aceptada, eso es cierto. Pero algunos argumentamos que se usa en exceso, como si la reiteración la legitimara. Las metáforas no deberían convertirse en locuciones coloquiales de uso común sin una justificación semántica o funcional. En nuestra opinión, estamos en una nueva forma de papanatismo: adoptamos fórmulas huecas que no aportan nada, solo porque están de moda (o porque se han impuesto machaconamente desde los medios de comunicación y las instancias políticas).
Porque si el principio es el minuto uno ¿qué minuto será el final? Pues el último. Y si hay último tiene que haber primero.
Origen
A falta de una investigación más exhaustiva, no hay rastro del origen de esta expresión. ¿Cuándo y cómo se originó? No está documentado. Sin embargo, ha arraigado en el lenguaje español y se utiliza con frecuencia en una variedad de ámbitos, tanto coloquiales como formales.
Minuto uno. Corolario
Si en un idioma se dejan perder las bases de la coherencia y de la lógica, estamos abocados a una lengua deslavazada y descarriada predispuesta a su propia disolución. Tardará, mucho, pero se perderá. ¿Por qué no hacemos una emergencia idiomática, Pedro Sánchez?
En hablarydecir siempre apostaremos por el principio, el inicio, el comienzo, la iniciación, el origen, el preludio, el estreno, el bosquejo, el empiezo, el empiece, el comenzamiento, el germen, el nacimiento, el umbral y la raíz. Y el exordio, por supuesto. Minuto uno, no. Por sinsentido.