Nacida en Lérida (escribimos en español) en 1976, Montserrat Mínguez García —más conocida como Montse Mínguez— es economista, profesora universitaria y militante del PSC desde hace más de dos décadas. Su currículum académico incluye estudios en la Universidad de Lérida y la Rovira i Virgili, y su trayectoria política comenzó como concejal en su ciudad natal.
Hasta aquí, todo parece razonable. Pero el salto a la portavocía del PSOE en el Congreso ha revelado un perfil preocupante.
Montse Mínguez: entre el recreo y el hemiciclo
- Grabaciones ilegales en el Congreso. En octubre de 2025, Mínguez fue protagonista de un episodio insólito: sacó su móvil en plena sesión de control, grabó a diputados del PP y les dedicó muecas burlonas. Todo ello violando el artículo 98.4 del Reglamento del Congreso, que prohíbe expresamente grabar sin autorización. Pero son oclócratas, autócratas y miserables.
- Frases para el museo del disparate
- La gente puede sobrevivir perfectamente sin tener unos presupuestos. Una afirmación que, más allá de su torpeza técnica, revela una preocupante banalización de la política fiscal.
- No porque haya dinero en efectivo es siempre dinero negro. En plena tormenta por el caso Ábalos-Koldo, esta frase fue interpretada como una defensa implícita de prácticas opacas.
- Gestualidad como argumento. Su estilo parlamentario se ha caracterizado por la gesticulación, la burla y la teatralidad. Más cerca del reality show que del debate político, su presencia en el hemiciclo ha sido descrita como escena de parvulario. Eso sí, aplaude como pocas las ocurrencias de su jefe supremo, con devoción y decibelios, como si el cargo dependiera del eco.
¿Tiene formación y capacidad suficiente?
Académicamente, sí. Políticamente, depende del criterio. Su formación en economía y docencia universitaria le otorgan una base técnica. Pero su desempeño como portavoz revela carencias en retórica, contención institucional y respeto por las formas. La portavocía exige más que fidelidad al líder: exige temple, claridad y sentido común y de Estado. Y ahí es donde Mínguez patina. Mucho.
¿Por qué es oclócrata?
La oclocracia —el gobierno de la muchedumbre emocional sobre la razón política— se manifiesta en Mínguez por:
- Apelación constante al espectáculo: gestos, muecas, frases efectistas y vacías.
- Desdén por el procedimiento: grabar sin permiso, banalizar el reglamento.
- Reducción del discurso a consignas: su intervención pública rara vez supera el eslogan.
No representa a la ciudadanía deliberativa, sino al público de plató. No argumenta: reacciona. Y lo hace mal.
Montse Mínguez. Curiosidades
- Fue parte del cuarteto interino que asumió funciones de Organización tras el ingreso en prisión de Santos Cerdán.
- Se define como voz disciplinada de Sánchez, lo que explica su perfil más obediente que reflexivo.
- En entrevistas, ha calificado su cargo como un regalo, lo que sugiere una visión más personalista que institucional.
¿Portavoz o portavozada?
Montse Mínguez encarna una tendencia preocupante: la sustitución del discurso por la consigna, del respeto institucional por la teatralidad, del portavoz por la portavozada. Su caso no es aislado, pero sí paradigmático. Y obliga a preguntarse: ¿qué política estamos legitimando cuando premiamos la mueca sobre el argumento?