En español existen términos que, aunque precisos y expresivos, han caído en desuso. Oropel es uno de ellos. Se trata de una palabra que alguna vez tuvo presencia en la literatura, el habla culta y la crítica social, pero que hoy apenas se escucha fuera de ciertos contextos.
Recuperarla no solo enriquece el vocabulario, sino que permite nombrar con exactitud fenómenos muy actuales. Es por esas razones por las que la incluimos en Rescatando palabras olvidadas.
¿Qué significa oropel?
Es un material que simula el oro, pero carece de su valor. Es un adorno barato, llamativo, diseñado para impresionar sin ofrecer sustancia.
En sentido figurado, se usa para describir lo que aparenta ser valioso o importante, pero no lo es realmente:
Etimología
La palabra proviene del francés oripeau, que a su vez deriva del latín aurum (oro). Originalmente se refería a telas decorativas con hilos dorados. Con el tiempo, el término adquirió un tono crítico, convirtiéndose en sinónimo de falsedad brillante o lujo engañoso.
Usos literarios y culturales
A lo largo del tiempo, oropel ha aparecido en textos de escritores y pensadores que querían hablar de la vanidad, la fama pasajera o el lujo exagerado. Aunque hoy se usa menos, sigue siendo una palabra muy útil para describir cosas como:
- Discursos vacíos con apariencia de profundidad
- Celebraciones o actos cargados de protocolo pero sin contenido real (cualquier comparecencia de Sánchez, por ejemplo)
- Promesas políticas o publicitarias que suenan bien pero no se cumplen (cualquier promesa de Sánchez…)
¿Por qué rescatar a oropel?
En una época marcada por la imagen, la mercadología y la apariencia, oropel es una palabra que permite criticar lo superficial sin caer en vulgaridades. Tiene fuerza, precisión y un tono que puede ser irónico o serio, según el contexto.
Además, su uso enriquecería el lenguaje escrito y oral, especialmente en análisis culturales, periodismo, literatura o incluso en conversaciones cotidianas.
Ejemplos de uso
- Mucho oropel y poca sustancia — una expresión que denuncia lo superficial
- La gala fue puro oropel: luces, trajes, discursos… pero nada auténtico
- Ese charlatán vende oropel emocional: frases bonitas sin contenido
- No me interesa el oropel del éxito fácil, prefiero construir algo duradero
En resumen
Oropel es una palabra que merece volver al uso. No solo por su valor lingüístico, sino porque sigue siendo relevante para describir muchas realidades contemporáneas.
En tiempos donde lo superficial a menudo se confunde con lo valioso, tener una palabra que lo desenmascare es más útil que nunca.