1934. La guerra civil empezó en Asturias

diciembre 26, 2025

Ángel Palomino construye en este libro una narración híbrida que oscila entre la crónica periodística, el reportaje histórico y la novela de hechos reales. Su tesis —que la Guerra Civil empezó en la insurrección asturiana de 1934— no es nueva, pero él la dramatiza con una eficacia narrativa que explica por qué el volumen tuvo impacto en su momento.

La guerra empezó en Asturias

Palomino reconstruye los días de la revolución con un pulso casi cinematográfico: alterna escenas de barricada, decisiones políticas, testimonios de combatientes y un uso constante del detalle costumbrista que convierte la historia en relato vivo. Su escritura, heredera de su larga experiencia en prensa y humor gráfico, privilegia la claridad, la anécdota significativa y la frase de cierre que busca fijar una interpretación.

Indalecio Prieto. La confesión

Me declaro culpable ante mi conciencia, ante el Partido Socialista y ante España entera de mi participación en el movimiento revolucionario. Lo declaro como culpa, como pecado; no como gloria. (Indalecio Prieto).

Poco hay que aclarar sobre tal confesión: el PSOE inició la guerra por no querer asumir el resultado de las elecciones democráticas de 1933.

El corpus de 1934. La guerra civil empezó en Asturias está perfectamente condensado en la contraportada de la obra, que transcribimos:

El líder socialista confesaba así en México, 1944, su participación en aquel horror que hizo realidad una guerra civil larvada desde que los partidos conservadores consiguieron la mayoría parlamentaria en las elecciones de 1933. El levantamiento reaccionario de los partidos políticos de la izquierda el 5 de octubre de 1934 fue su violenta respuesta al resultado adverso de unas elecciones democráticas. Entonces -y no el 18 de julio de 1936- empezó el enfrentamiento bélico. Los servicios de agitación y propaganda fijaron aquellos sucesos en la memoria colectiva como un acontecimiento localizado, ‘la revolución de Asturias’ o ‘la revolución de octubre’, que los infatigables tergiversadores conmemoran aún como episodio heroico y ejemplar de lucha antifascista por la libertad.

Este libro desmonta la polvorienta leyenda creada para ocultar algo mucho más simple: los partidos de centro-derecha ganaron unas elecciones democráticas y los partidos de centro-izquierda se levantaron en armas contra la voluntad popular expresada en las urnas. Fue una batalla breve pero muy violenta. La primera batalla de una larga guerra: de la guerra civil.

Y Franco, Francisco Franco, por paradójico que parezca, estuvo al frente de las tropas que defendieron entonces la legitimidad republicana ante el golpe de estado socialista. Memoria.

La guerra empezó en Asturias. ¿Por qué nos ha gustado?

Nos ha interesado —y diría que nos ha resultado especialmente útil— no por el debate que ha suscitado su tesis, sino porque, partiendo de una realidad histórica que Palomino expone sin fisuras, el libro se revela como un artefacto editorial e ideológico de enorme valor.

Permite observar con nitidez cómo un autor popular del tardofranquismo y la Transición convierte unos hechos comprobados en un relato accesible, contundente y emocionalmente eficaz. Su escritura, directa y narrativa, muestra cómo una verdad histórica puede articularse mediante recursos literarios: selección de escenas, ritmo, caracterización moral de los actores y una estructura que conduce con lógica interna hacia la inevitabilidad del conflicto.

Nos ha gustado porque declara sin ambages su posición, lo que facilita la lectura crítica. No hay ambigüedad ni disfraz académico: Palomino escribe desde una convicción ideológica clara, y eso convierte el libro en un documento doble —sobre 1934 y sobre la España que lo reinterpreta en los años noventa.

El autor: Ángel Palomino

Ángel Palomino (1919–2004) fue uno de esos autores que ocuparon durante décadas un espacio visible en la cultura popular española y que, sin embargo, han desaparecido casi por completo del mapa crítico.

Escritor, periodista, humorista y guionista, se formó en la posguerra y desarrolló una carrera marcada por la versatilidad: colaboró en La Codorniz durante treinta años, escribió novelas de éxito comercial, participó en guiones cinematográficos y cultivó un humor costumbrista que conectaba con el lector medio de la época.

Su estilo se caracterizaba por la claridad narrativa, el ingenio irónico y una mirada que combinaba observación social y voluntad pedagógica. Palomino escribía para ser entendido, para entretener y para fijar una interpretación del mundo. Esa accesibilidad, que fue su fuerza comercial, es también una de las razones por las que la crítica posterior lo ha relegado: su obra no encaja en los cánones literarios que se consolidaron tras la Transición.

La cancelación de Palomino

Pero la clave de su desaparición es otra: su compromiso explícito con el franquismo. Palomino no disimuló su adhesión al régimen ni su visión conservadora de la historia de España. Esa posición, perfectamente coherente con su trayectoria vital, se volvió problemática en el nuevo marco cultural.

La crítica académica, orientada hacia otros valores estéticos y políticos, dejó de leerlo; las editoriales dejaron de reeditarlo; su nombre se fue borrando del repertorio de autores citables. Hoy es un caso paradigmático de cómo un escritor popular puede desaparecer casi por completo cuando cambia el clima ideológico y el canon se reconfigura.

Su obra, sin embargo, sigue siendo valiosa para quien quiera entender la cultura narrativa del franquismo tardío y la Transición: un territorio donde humor, periodismo, divulgación histórica y novela comercial se mezclaban para producir relatos que moldearon la percepción pública de la historia reciente. Palomino fue uno de los artesanos de ese imaginario, y 1934. La guerra civil empezó en Asturias es un ejemplo perfecto de su manera de intervenir en la memoria colectiva.

Portada del libro '1934. La guerra civil empezó en Asturias', de Ángel Palomino, con una fotografía histórica en blanco y negro de un grupo de hombres —militares y civiles— caminando

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