Exordio
Por supuesto que la Navidad es uno de los acontecimientos (no eventos) más grandes de la civilización cristiana y occidental. Es un tiempo que marca con firmeza la mayor alegría que puede alcanzarse: el nacimiento del hijo de Dios, ni más ni menos.
Pero sobre lo anterior ya hemos escrito (Refranes navideños, Una evolución en la Nochebuena, Costumbres navideñas y Esta noche es Nochebuena), por lo que ahora vamos a centrarnos en el absurdo navideño, en las cosas que se hacen en nombre de la Navidad sin tener relación alguna y, por supuesto, las contradicciones que conllevan.
Algunos absurdos navideños
- Celebrar la Navidad blasfemando. ¿Hay algún sinsentido mayor? ¿No lo creen? Acabo de contemplar la escena… Muchas personas participan en celebraciones navideñas sin un verdadero sentido religioso, a menudo utilizando la festividad como excusa para comportamientos inapropiados o irreverentes.
- Regalos absurdos. La tradición de intercambiar regalos a veces resulta en obsequios ridículos, como un peine para calvos o un libro sobre cómo respirar. Estos regalos no solo son inútiles, sino que también pueden ser motivo de burla y risa.
- Comer en exceso. La Navidad a menudo se convierte en una competencia de quién puede comer más. Las mesas se llenan de excesos gastronómicos que no solo son poco saludables, sino que también generan un derroche de comida.
- El consumismo desmedido. En lugar de centrarse en el significado espiritual de la Navidad, muchas personas se obsesionan con las compras y el consumo, llevando a un gasto excesivo en regalos y decoraciones que van más allá de lo razonable.
- Obligatoriedad del espíritu navideño. Existe una presión social para estar feliz durante la Navidad, lo que puede resultar en hipocresía y estrés emocional para aquellos que no comparten este entusiasmo.
- Celebraciones inadecuadas. Algunas personas celebran la Navidad sin conocer su historia o significado, simplemente siguiendo tradiciones sin entender su contexto cultural o religioso, lo que puede conllevar malentendidos y prácticas absurdas.
- Desinformación sobre la festividad. Se difunden bulos que sugieren que celebrar la Navidad es ofensivo para otras religiones, generando confusión y ansiedad sobre cómo deben celebrarla las personas, lo cual es absurdo dado el contexto cultural en el que se vive. Sí, el gobierno del albañal, el de la traición, la mentira y el delito lo hace apasionadamente, insistiendo en sustituir el término Navidad por cualquier otro que carezca de connotaciones cristianas. Son miserables también, el gobierno y quienes de un modo u otro lo sustentan.
- Regalos impersonalizados. Regalar dinero o tarjetas de regalo es visto como un gesto frío y sin esfuerzo, ya que no refleja el interés personal hacia la persona que recibe el regalo. Esto contrasta con el espíritu navideño de dar algo significativo.
- La última que señalamos es una prenavideña que extiende sus redes hasta el día de Reyes: la obsesión con la lotería de Navidad, a la que deberían cambiarle el nombre, a esto sí, para llamarle lotería de la estolidez. Por cierto ¿han visto las imágenes de los niños de san Ildefonso de este año? No había cuota para españoles de origen… ¿Qué tal va la teoría del reemplazo generacional? Porque lo están consiguiendo ante nuestra insensatez.
Y hay más. Absurdos navideños y también los que no son temporales sino vitalicios.
Una feliz y santa Navidad deseamos a todos quienes nos visitan y nos leen.