Exordio
Ya disculparán ustedes (o no) el tono del titular de este artículo: Tonto, feo, malo, ¡negacionista! es, solo, una reducción al absurdo de las muchas estupideces que se dicen por ahí y que las gentes toman como magisterio de la verdad única y como dogma de una fe pagana, cuyos dioses son la excelsa científica Greta Thunberg y el polímata filántropo y benefactor Bill Gates (entiéndase bien el sarcasmo que implica, en este caso, la cursiva). Y es que cuando se pierden los principios y los valores se está matando a la naturaleza y al sentido común.
¡Negacionista! ¿Es un insulto? ¿Un desprecio o un honor?
Acudimos, como solemos, a la fuente primaria, al diccionario oficial, que define negacionismo como la actitud que consiste en la negación de determinadas realidades y hechos históricos o naturales relevantes, especialmente el holocausto. Y ahí hay varios elementos imprescindibles: realidades, hechos y relevantes.
Ante lo anterior nos preguntamos ¿el cambio climático antropomórfico es un hecho real y relevante? A modo de respuesta planteamos otras cuestiones: ¿es algo nuevo, desconocido en la antigüedad ese cambio?, ¿nunca hubo épocas glaciares, por ejemplo?, ¿qué pasó con el agujero de la capa de ozono?, ¿no iban a desaparecer bajo las aguas atlánticas los Países Bajos en la primera década del siglo XXI? ¿Recuerdan ustedes el comité de expertos que el gobierno español constituyó para que marcaran las pautas de la privación de derechos y libertades? Bueno, quiero decir si recuerdan la inexistencia de ese comité fantasmagórico y falso… Ya ven, hay ocasiones que la mejor respuesta es una buena pregunta.
Negacionista. Consenso científico
El término consenso (fíjense en sus sinónimos: acuerdo, concierto, convenio, pacto,…) no es problemático en ciencia, es contraproducente. La ciencia avanza a través del cuestionamiento constante y la evidencia, no por consenso. Hay científicos que afirman aspectos del cambio climático antropomórfico, y sus voces son importantes para el debate científico, deben participar como los demás.
Por otra parte, no, no hay ningún congreso científico ni publicación en la que se demuestren las causas antropomórficas del cambio climático. Que hubo otros episodios en muchas etapas de la vida del planeta, cuando la huella de carbono provocada por el ser humano era nula o testimonial, está archidemostrado. Científicamente, por supuesto.
¿Negacionista? ¿Quién lo decide?
Es el calificativo de moda cuando no se tienen argumentos: lo que no me gusta, o lo que va contra mi carga ideológica o ideoilógica, lo tachamos de negacionista y de paso de terraplanista, que eso siempre viene bien para el antiargumento).
Ya sabemos, pues, lo que hay que decir: intentar ridiculizar y tratar de ignorantes a argumentos, al menos respetables. ¿Quién decide quienes son negacionistas? Los mismos que niegan la historia con sus leyes de desmemoria, los que son tan tolerantes que no toleran los criterios ajenos, los creadores de las máquinas de bulos y fango. ¿Recuerdan el bulo del culo? ¿Y el de la navajita plateá de la exministra Reyes Maroto? Son solo dos ejemplos, no hay espacio para más. Los autores o difusores de estas cosas son los que se creen con derecho a acusar de negacionismo a otros.
Corolario
¿Tiene fronteras la atmósfera? Porque en el Extremo Oriente no parece que haya mucha preocupación con el cambio climático… ¿Son negacionistas los que acogieron a los delincuentes Sánchez y esposa en la India cuando en Valencia comenzaban las consecuencias de la acción de la naturaleza combinada con la mentira climática y la negligencia de los gobernantes?
Y es que nos hemos centrado en el sonsonete del cambio climático pero ¿qué hay del virus del COVID? A mí no me ha llegado información oficial. ¿Será que no se ha investigado? ¿Será que no hace falta?
Un comentario final: cuando machaconamente se insiste por activa y por pasiva en algo, oportunamente o no, tengan claro ustedes que estamos ante un intento inmenso de manipulación. Es la época de la posverdad, de la cohonestación, del sesgo, de lo ideoilógico y de ajustar cuentas. Contra eso estamos y así actuamos.